Los San Antonio Spurs han sorprendido a muchos al avanzar a la final de la Copa de la NBA, un logro que pocos anticipaban dada la expectativa general de que los New York Knicks y los Oklahoma City Thunder disputarían el campeonato. Sin embargo, la incorporación de Victor Wembanyama ha sido decisiva para cambiar esta narrativa.
Wembanyama, cuya ausencia se prolongó por 13 partidos debido a una lesión, regresó con un impacto inmediato y contundente. En solo 20 minutos sobre la cancha, el talentoso pívot francés anotó 22 puntos y capturó nueve rebotes, demostrando que está listo para liderar a los Spurs hacia el título [Msuexponent][Bbc]. Este regreso no solo elevó el nivel de juego del equipo, sino que también devolvió a los Spurs esa capacidad competitiva necesaria para superar a rivales duros como Oklahoma City Thunder en un partido cerrado (111-109).
Por su parte, los New York Knicks llegan a la final con una racha positiva de cinco victorias consecutivas, aunque estas han sido mayormente ante equipos menos competitivos. La plantilla de los Knicks enfrenta dificultades, especialmente con la baja de Miles McBride, un jugador habitual en la rotación que promediaba 11,6 puntos y ayudaba a mantener frescos a titulares clave como Jalen Brunson. Su ausencia podría limitar la profundidad del equipo en momentos cruciales.
Finalmente, la presencia de Stephon Castle, ya recuperado de sus molestias, brinda un plus a los Spurs. Castle ha tenido un desempeño sobresaliente, con un promedio de 23,3 puntos en sus últimos partidos, consolidándose como un apoyo fundamental para Wembanyama y el resto del equipo.
En resumen, la combinación del regreso estelar de Victor Wembanyama, el buen nivel de Castle y la sólida actuación grupal ha permitido que los Spurs, contra pronóstico, sean contendientes reales para conquistar la Copa de la NBA en esta temporada.
